
Confesión pública y explosión del escándalo
Resulta difícil pasar por alto el sismo mediático que provocó Karol Lucero al admitir, sin rodeos, que fue infiel a su esposa Francisca Virgilio. El animador, conocido por su etapa en Yingo, terminó aceptando los hechos por presión: todo explotó cuando Ilaisa Henríquez, la DJ penquista de 26 años conocida como DJ Isi Glock, insinuó en un vivo de Instagram que había tenido un encuentro sexual con él. No tardó en llegar la confirmación: Lucero se lo reconoció a la periodista Paula Escobar por WhatsApp. Su mensaje fue directo: "Asumo mi error, la embarré hasta el fondo. Yo tengo la culpa de todo y caí". Lo que podría haber sido solo rumor, se volvió noticia nacional en horas, con comentarios cruzados y debates frenéticos en la farándula chilena.
Según Lucero, la DJ buscaba aprovechar el escándalo: "Estoy seguro de que lo planeó para aparecer en TV y que le paguen. Pero eso no me justifica. Soy yo el casado y no debí hacerlo". Esta declaración encendió todavía más la polémica. Mientras tanto, él afirmaba que el encuentro fue solo una vez y ya lo había conversado en privado con Francisca, su esposa desde hace nueve meses. El escándalo creció rápido: el nombre de Karol Lucero fue trending topic y la opinión pública se dividió entre críticas y memes.

Versión de la DJ y reacción familiar
Ilaisa Henríquez, ex carabinera de Penco, apareció en televisión en "Primer Plano" y relató cómo conoció a Lucero. Según ella, coincidieron hace dos semanas en Like Media, donde trabajaba como técnica de sonido reemplazante. Henríquez aseguró que pensó que Lucero estaba separado cuando ocurrió el encuentro. Incluso añadió un detalle inesperado: ella es lesbiana, pero tenía curiosidad por experimentar con un hombre. El relato de la DJ apuntó a que nunca imaginó que todo se volvería mediático.
La historia tuvo impacto inmediato en el círculo más cercano del animador. La madre de Francisca, Cecilia Virgilio, no dudó en publicar mensajes indirectos en sus redes sociales, reflexionando sobre la confianza y las traiciones. Estas publicaciones, aunque no mencionaban directamente a Karol, dejaron en claro el malestar y la preocupación que impera ahora en el ambiente familiar. La opinión entre seguidores y detractores es un hervidero: unos apuntan a la falta de discreción, otros critican la exposición mediática y hay quienes simplemente lamentan que la vida privada se haya convertido, otra vez, en espectáculo.
Karol Lucero, por su parte, optó por alejarse de cualquier declaración pública adicional. Prefiere, dice, resguardar la intimidad de su familia y resolver los problemas lejos de cámaras y micrófonos. La decisión parece lógica después de ver cómo las redes sociales y la TV hacen leña del árbol caído. Por ahora, el escándalo sigue siendo tema y el destino de la pareja, una incógnita abierta.
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