La campaña para 2026 aún no arranca oficialmente, pero el sector privado ya mide el pulso. En un foro con empresarios, varios aspirantes subieron el tono: menos ambigüedades, más promesas directas sobre impuestos, seguridad y reglas de juego. Aunque no hubo acceso a una transcripción completa, el mensaje fue consistente: quieren reconectar con la inversión y marcar distancia frente a la incertidumbre regulatoria.
El giro es claro por dos razones. Primero, porque la economía vive una fase de crecimiento débil, con tasas de interés que bajan lento y un consumo todavía prudente. Segundo, porque los gremios piden certezas: estabilidad normativa, costos predecibles y seguridad en los territorios para producir y exportar. Con ese telón de fondo, los aspirantes optaron por endurecer el discurso para convencer a un auditorio que hoy pondera la credibilidad por encima de los eslóganes.
Qué cambió en el tono y por qué importa
El foro dejó ver líneas más duras en temas sensibles. Varios plantearon frenar nuevas cargas tributarias al inicio del mandato, simplificar trámites y concentrarse en luchar contra la evasión. Hubo énfasis en seguridad jurídica: nada de cambios sorpresivos, consultas interminables ni decretos que siembren dudas sobre contratos. En energía, se impuso un enfoque más pragmático: transición sí, pero con cronograma, inversión y claridad para los hidrocarburos mientras despegan las renovables.
En seguridad, la palabra clave fue territorio. Empresarios de comercio, agro e industria insisten en que sin control de la extorsión, del hurto de carga y de la minería ilegal no hay formalización posible. Los candidatos respondieron con promesas de coordinación entre fuerza pública, justicia y hacienda local; más presupuesto para inteligencia y revisión de incentivos para fiscales y jueces en zonas críticas.
También cambió el tono en las reformas sociales. Nadie quiere aparecer “antiempresa”, pero tampoco “antisocial”. Por eso, varios propusieron ajustes graduales: una reforma laboral que fomente la formalidad y la capacitación; un sistema pensional que proteja el ahorro y mejore las pensiones bajas; y una política de salud que refuerce la atención primaria sin desmontar lo que funciona. La idea de fondo: menos sobresaltos y más políticas evaluables.
- Impuestos: moratoria a nuevas reformas al inicio del gobierno, plan de simplificación y un programa agresivo contra la evasión.
- Laboral: negociación por sectores, foco en pymes y formalización con reducción de costos no salariales.
- Pensiones: esquema mixto con respeto al ahorro, ampliación de cobertura y sostenibilidad en el tiempo.
- Energía: transición con certezas, contratos honrados y metas realistas de descarbonización.
- Infraestructura: destrabar licencias, priorizar corredores logísticos y alianzas público-privadas.
- Institucionalidad: respeto a la independencia del Banco de la República y cumplimiento de la regla fiscal.
En comparación con 2022, hay menos promesas maximalistas y más énfasis en capacidad de ejecución. El auditorio presionó por planes con etapas, responsables y metas medibles. La lógica es simple: sin cronograma ni cuentas, las ofertas no pasan el filtro.
Lo que quieren los empresarios y los costos de prometer
¿Qué esperan, en concreto, los gremios? Tres cosas: reglas estables, trámites simples y seguridad en ruta. A eso suman acceso al crédito en condiciones razonables, competitividad logística (puertos, aduanas, carreteras) y una política industrial que deje de cambiar cada seis meses. Los empresarios no piden milagros, piden continuidad y señales claras para comprometer capital.
El reto para los aspirantes es que muchas promesas cuestan. Bajar impuestos sin abrir huecos fiscales exige compensaciones: ampliar base tributaria, cerrar exenciones ineficientes, recortar gasto poco productivo y priorizar inversión. Lo mismo con la formalización: funciona si se ataca la extorsión y se reduce el papeleo que hoy empuja a miles de negocios a la informalidad. Y la transición energética solo despega con redes, almacenamiento y un marco que reduzca el riesgo regulatorio.
En el frente macro, la inflación cede, pero el financiamiento sigue caro para muchas empresas. El consumo mejora lento y la inversión privada es más selectiva. Eso obliga a conducir fino: ni austeridad que apague la recuperación ni gasto sin respaldo que espante capital.
También pesa la política. Varios aspirantes marcaron distancia del Ejecutivo en temas de reformas y relación con los gremios. Otros intentaron construir puentes: pactos sectoriales, mesas técnicas y metas comunes en empleo, exportaciones y transición productiva. Esa diferencia de estilos puede definir apoyos, pero al final el empresariado buscará a quien logre combinar estabilidad con resultados sociales.
Hay un último filtro: la coherencia. Prometer alivios tributarios, más inversión pública, subsidios focalizados y seguridad reforzada, todo a la vez, suena bien, pero requiere números. Los próximos hitos —asambleas gremiales, congresos económicos y nuevos debates— dirán quién presenta cuentas creíbles, equipos sólidos y una hoja de ruta verificable.
El foro dejó dos corrientes: una que promete reversar giros recientes en regulación y otra que prefiere corregir sin desmontar. Las dos cortejan al sector privado y buscan mostrarse como socios de la productividad. De aquí en adelante, los candidatos presidenciales entran en su prueba de credibilidad: pasar del titular al cómo, con cronograma y reglas claras. Los empresarios seguirán preguntando lo esencial: ¿quién puede ofrecer crecimiento con estabilidad?
Ivan Sandoval
Lo que pasa es que todos hablan de estabilidad, pero nadie explica cómo la van a pagar. Si prometen bajar impuestos sin aumentar la base tributaria, eso es magia, no política. Y la gente se acuerda de 2018, cuando prometieron lo mismo y luego tuvimos que recortar salud y educación. No es que no quiera creer en los candidatos, pero después de tantas promesas rotas, me cuesta tomarlos en serio.
La transición energética no puede ser un eslogan. Necesitamos inversión real, no discursos. Que los hidrocarburos sigan siendo parte del mix no es traicionar el futuro, es ser realista. Pero si no hay claridad en los contratos, nadie va a poner un peso. Y eso lo saben todos, menos los que solo quieren aparecer en los medios.
La seguridad no se soluciona con más policías, se soluciona con oportunidades. Mientras no ataquemos la raíz de la informalidad y la pobreza, cualquier plan de seguridad será como tapar un agujero con cinta adhesiva. Y no, no es que sea antiempresarial, es que soy anti-ignorancia.
Javiera Arenas Quijada
⚠️ Alerta de política económica: si no hay una reforma tributaria progresiva + cierre de exenciones ineficientes + digitalización de la recaudación, cualquier ‘moratoria’ es solo una ilusión fiscal. La evasión en Colombia roza el 30% del PIB, y nadie quiere tocarlo porque es un elefante en la sala con lobbys de élite.
La formalización laboral requiere ESG en el nivel micro: incentivos para pymes que cumplan, no solo multas. Y la seguridad jurídica no es solo ‘no cambiar leyes’, es garantizar que las que existen se apliquen. ¿Cuántos jueces en zonas rurales tienen acceso a formación en derecho comercial? Exacto. Cero.
La transición energética necesita un ‘transition risk framework’ con garantías de contratos, no solo declaraciones de intenciones. Sin eso, el capital extranjero se queda en casa. 📉⚡
carmen paz fuentes bravo
Esto es lo que pasa cuando los ricos deciden quién gobierna. Los candidatos hablan como si los empresarios fueran los únicos que importan. Y los pobres, ¿qué? ¿Nos vamos a morir de hambre mientras ellos bajan impuestos?
Carla Andrea Espinosa Parra
Me encanta que por fin se hable de ejecución y no solo de ideales. Pero ojo: si no incluyen a las comunidades rurales en estas decisiones, todo esto se cae. ¿Quién va a vigilar las rutas de carga si no hay presencia estatal en los territorios? No basta con presupuesto, hay que tener presencia humana.
Y sí, la formalización no es solo papeleo, es confianza. Si la gente no cree que el sistema la va a proteger, sigue en la informalidad. No es flojera, es desesperanza.
claudio hurtado
Claro, porque si no hablan así, los empresarios se van a asustar con las ideas de izquierda. Pero ojo, esto no es ‘madurez política’, es rendirse al capital. ¿Y si lo que necesitamos no es más inversión, sino más redistribución? ¿Y si la ‘estabilidad’ que piden es solo la estabilidad de sus ganancias?
La verdad es que esto huele a campaña de imagen. Todo lo que dicen ya lo dijeron en 2014. Y vimos cómo terminó: más desigualdad, menos empleo decente. Pero claro, a ellos les va bien.
fernanda opazo
¿Alguien más cree que esto es un montaje para justificar que los ricos sigan siendo ricos? ¿O es que el foro fue financiado por una fundación que tiene acciones en empresas mineras? Porque no me digan que no hay intereses ocultos aquí. La ‘transición energética’ con cronograma… ¿será que ya tienen los contratos listos para las termoeléctricas? 🤔
FRANCISCA IGNACIA ARAYA MOLINA
esto es lo que necesitamos!! menos palabras y mas hechos!! 🙌 si los candidatos quieren nuestro voto, que muestren planes reales, no discursos bonitos. yo apoyo a quien tenga un plan con fechas, nombres y metas claras!! 💪 Colombia puede más!! 🇨🇴✨
miguel vergara
Qué bonito todo esto… hasta que te das cuenta que el 90% de lo que dicen ya lo prometieron en 2018 y no lo cumplieron. ¿Creen que la gente olvida? No. La gente recuerda. Y recuerda muy bien cuando te dicen ‘vamos a simplificar’ y luego duplican los trámites.
La única ‘credibilidad’ que tienen es la de sus patrocinadores. El resto es teatro.
Carlos J. Pérez
El enfoque en ejecución es lo único que me da esperanza. Por primera vez en años, no se habla de ‘revolución’ ni de ‘cambio radical’. Se habla de pasos, responsables, metas. Eso es gobierno, no propaganda.
Lo que falta es transparencia: que publiquen los costos estimados de cada propuesta. Si no sabemos cuánto cuesta, no sabemos si es viable. Y eso es lo que hace falta: datos, no discursos.
Alexis Hernan Gonzalez Cabezas
En mi pueblo, la única ‘seguridad jurídica’ que tienen es que no les roben el ganado. Si los candidatos quieren convencer a la gente, que vengan a los pueblos, no solo a los foros de Bogotá. La formalización no se hace con leyes, se hace con confianza. Y la confianza se gana con presencia, no con discursos.
Lukas Carrasco
¡Esto es lo que se necesita! ¡No más promesas vacías! ¡Queremos acción, no palabras! ¡Si no hay resultados, no hay voto! ¡Vamos por un país que funcione, no por un país que hable bonito!
Felipe Andres Riquelme Gonzalez
La reforma laboral que fomente la formalidad… ¿cómo? Con un salario mínimo que no alcanza para un desayuno en Bogotá? Con un sistema de seguridad social que no cubre emergencias? Con un sistema de pensiones que no garantiza ni el 30% del último salario?
Estas propuestas son técnicamente correctas, pero socialmente desesperanzadoras. No se puede formalizar a alguien que vive al día. La formalidad es un privilegio, no un derecho. Y si no lo reconocen, siguen ignorando la realidad.
Christian Díaz Aravena
Me gusta que se hable de cronogramas y metas. Por fin alguien habla como un adulto. Pero ojo: si no hay participación de los sindicatos y las comunidades, esto se convierte en un plan de élite. No es que sea antiempresarial, es que soy anti-oligarquía.
Gaby Ocazuv
Es interesante cómo todos hablan de estabilidad, pero nadie menciona el costo humano de esa estabilidad. ¿Quién paga por la reducción de gasto público? ¿Quién pierde cuando se prioriza la inversión sobre el gasto social? ¿Los niños que no tienen acceso a salud? ¿Las mujeres que no pueden pensionarse? La estabilidad no puede ser solo para los que ya tienen.
La historia nos enseña que las economías que crecen con equidad son las que duran. Las que crecen para unos pocos se derrumban con violencia. No es un discurso de izquierda, es un hecho histórico.
Si los candidatos quieren credibilidad, que muestren cómo van a proteger a los más vulnerables mientras atraen inversión. Porque no se puede construir un país sobre la espalda de los pobres. Y si lo hacen, no será un país, será una fortaleza.
Cristian Vidal Ubilla
¿Alguien más notó que en todo este foro no se mencionó una sola vez a los campesinos? Ni a los pescadores artesanales? Ni a las comunidades indígenas? ¿Cómo es posible que se hable de seguridad, energía, infraestructura… y no se mencione a quienes viven en esos territorios?
Esto no es una discusión económica. Es una exclusión silenciosa. Y eso es más peligroso que cualquier discurso extremo.
Kendal Montgomery
Claro, porque los ricos quieren que los candidatos les prometan que no van a tocar sus impuestos. Y los pobres, ¿qué? ¿Nos vamos a quedar callados mientras ellos se reparten el pastel? ¿O acaso creen que no sabemos lo que pasa en los foros privados? ¡Esto es una farsa!
Isidora Nikolić
Me alegra ver que por fin se habla de ejecución… pero también me da miedo. Porque si no se incluye a las mujeres, a los jóvenes, a los pueblos indígenas… todo esto se va a caer. La estabilidad no es solo economía, es justicia. Y la justicia no se negocia. Se construye.
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