
Pistons rompen su sequía más dura en playoffs
El Detroit Pistons llevaba casi dos décadas esperando una noche así. El 21 de abril de 2025, en el Madison Square Garden, los de Michigan consiguieron lo que parecía imposible: romper la peor racha de derrotas seguidas en playoffs de su historia, 15 partidos de puro sufrimiento, con una victoria 100-94 sobre los New York Knicks. La serie de primera ronda, que parecía encaminarse cómodamente para los neoyorquinos tras el primer juego, ahora ha dado un giro radical y se empata 1-1, con el viento cambiando de lado justo cuando la acción viaja a Detroit.
Cade Cunningham fue el alma, el motor y el líder silencioso pero incuestionable de los Pistons. El base emergente firmó 33 puntos y 12 rebotes en una actuación que hace recordar a los viejos ídolos de Detroit, con una sangre fría para responder en los momentos más tensos y una determinación que contagió al resto del equipo. Incluso cuando la defensa de los Knicks intentó subir la intensidad sobre él, supo leer el partido y mantener la calma, acentuando por momentos las carencias defensivas de los locales.
Pese al protagonismo de Cunningham, el triunfo fue un esfuerzo colectivo. Dennis Schröder, el alemán recién llegado esta temporada, aportó velocidad y experiencia manejando los tiempos, sumando 20 puntos y 3 asistencias. Su presencia se notó especialmente en los minutos calientes, donde dirigió el ataque y protegió el balón cuando más quemaba. A su lado, pivots y aleros como Jalen Duren y Ausar Thompson lucharon cada rebote como si fuera el último, asegurando que la pintura fuera de Detroit y bloqueando segundas oportunidades para Nueva York.

Knicks, incapaces de frenar el vendaval de Detroit
Por el lado de los Knicks, la decepción era palpable. La afición les exigía dar un golpe en la mesa y dejar la serie vista para sentencia, pero el equipo volvió a mostrar los antiguos problemas de falta de recursos ofensivos cuando la presión aprieta. Jalen Brunson fue, otra vez, el único que mantuvo el tipo: 37 puntos en una noche donde tuvo que lanzar hasta 27 tiros para mantener con vida a Nueva York. El resto del quinteto, sin embargo, pareció atascado en el tramo final y los Knicks se quedaron cortos en el último empujón.
El partido se mantuvo parejo hasta el último cuarto, donde Detroit gestionó la ventaja con oficio. Cada vez que Nueva York amenazaba con acercarse, una canasta de Cunningham o una jugada de Schröder apagaban el incendio. El Madison, al final, despidió al equipo local con cierta incredulidad: no es solo que hayan dejado escapar un partido clave, sino que han reabierto heridas profundas del pasado neoyorquino en playoffs.
Ahora, la eliminatoria se traslada a Detroit. Con el público de su lado y su racha rota, los Pistons sueñan con prolongar su historia de redención en casa. Los Knicks, mientras, tendrán que buscar soluciones rápido si no quieren ver desvanecerse sus aspiraciones en este arranque de postemporada que ya promete emociones fuertes.
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