En un mundo donde las barras bravas suelen enemistarse por kilómetros y fronteras, algo inaudito está ocurriendo entre dos clubes separados por más de 3.500 kilómetros: los seguidores de Club de Fútbol Universidad de Chile y Club de Regatas Vasco da Gama han construido una amistad que nadie entendía, pero que todos están viendo. No es un intercambio de camisetas ni un gesto simbólico. Es algo más profundo: encuentros en barrios, saludos en tribunas, mensajes en redes y viajes intencionales. Y lo más sorprendente: no hay ninguna autoridad oficial que lo apruebe. Solo pasión, respeto y una extraña química entre dos grupos que, por lógica, deberían ignorarse.
¿Cuándo empezó realmente esta amistad?
Aquí está el primer misterio. Según el diario chileno Latercera, los vínculos entre los hinchas se activaron en noviembre de 2024, tras un intercambio de mensajes en redes sociales que terminó en un viaje. Pero el diario español El Digital de Asturias asegura que todo empezó en 2009, con la participación del Grêmio Foot-Ball Porto Alegrense, otro gigante brasileño con sede en Porto Alegre. ¿Quién tiene razón? Tal vez ambos. Podría ser que en 2009 hubiera un primer acercamiento, casi anecdótico, entre algunos seguidores de los tres clubes durante una competencia sudamericana. Pero fue en 2024 cuando esa chispa se convirtió en fuego constante.La clave está en Los de Abajo, la barra más emblemática de La U, fundada en 1989 en el barrio de Macul, Santiago. En noviembre de 2024, publicaron en Instagram una foto con el lema: "PASIÓN SIN FRONTERAS" y reconocieron abiertamente su vínculo con los hinchas del Vasco. No fue un error. No fue una broma. Fue una declaración de guerra... contra la norma del fútbol sudamericano.
El viaje a Barreira: cuando los chilenos cruzaron el océano
El 3 de diciembre de 2024, un grupo de 15 integrantes de Los de Abajo aterrizó en Río de Janeiro. No fue para ver un partido. Fue para visitar Barreira, el barrio donde nació la Torcida Jovem, la hinchada organizada del Vasco da Gama desde 1971. Allí, en las calles donde se canta el himno del club con la misma intensidad que en el estadio, recibieron a los chilenos como hermanos. Se tomaron fotos juntos, intercambiaron banderas, cantaron canciones de ambos clubes y hasta compartieron comidas típicas. El post de Instagram lo dejó claro: "Barristas de Los de Abajo, al llegar a Brasil, realizaron a la Universidad de Chile en Barreira... con quienes mantienen una amistad".Y no fue un viaje aislado. En marzo de 2025, según testimonios no verificados pero consistentes entre grupos de hinchas en redes, algunos miembros de la Torcida Jovem llegaron a Santiago para ver el primer clásico universitario de la temporada. No hubo actos oficiales. No hubo prensa. Solo un puñado de camisetas azules y rojas en la calle, saludándose con los puños en alto. Eso es lo que hace especial esto: no se trata de protocolos. Se trata de elección.
¿Por qué es tan raro?
En Sudamérica, las barras bravas son territoriales. Violentas. A veces, hasta mortales. Un hinchas de River no se acerca a un hincha de Boca sin riesgo. Un seguidor de Flamengo no saluda a uno de Vasco sin que alguien lo mire mal. Y aquí, entre Chile y Brasil, dos grupos que nunca jugaron entre sí en una final, que no compiten por títulos, que ni siquiera se han enfrentado en Copa Sudamericana, decidieron romper esa regla no escrita.La U y el Vasco no tienen rivalidad histórica. No hay disputas por copas, ni insultos por conquistas pasadas. Solo hay dos clubes con historias profundas: La U, con su raíz universitaria y su identidad de izquierda, y el Vasco, con su legado de resistencia racial y social —fue el primer club brasileño en contratar jugadores negros en 1923. Tal vez eso es lo que los une: una identidad que va más allá del fútbol. No es amor por el rival. Es respeto por la historia.
¿Qué hay detrás de esta amistad?
Ningún club oficial ha comentado. Ningún directivo ha firmado un acuerdo. No hay patrocinios, ni merchandising, ni eventos organizados. Todo fluye por Instagram, por WhatsApp y por los viajes que algunos hinchas se pagan de su bolsillo. En el post del 15 de noviembre de 2024, Los de Abajo usó el hashtag #LosRománticosViajeros —un apodo que ellos mismos se dieron—, como si esta amistad fuera una especie de peregrinación.La Copa Sudamericana 2024, en la que La U llegó a semifinales, fue el escenario perfecto para que estos vínculos se fortalecieran. No hubo partido directo entre La U y el Vasco, pero sí hubo encuentros en los estadios de otros equipos, donde los hinchas se reconocieron por los colores, por los cantos, por los gestos. Fue en esos momentos, entre el caos de las tribunas, donde nació la confianza.
¿Qué sigue?
Nadie sabe. No hay planes anunciados. No hay fechas. Pero en las redes, los seguidores ya hablan de un posible encuentro en 2026, tal vez en la Copa Libertadores. Algunos sueñan con una bandera conjunta en un estadio sudamericano. Otros, simplemente, quieren seguir viajando. Porque en un mundo donde el fútbol se vende como conflicto, ellos eligieron otra cosa: conexión.Frequently Asked Questions
¿Por qué esta amistad es tan inusual en el fútbol sudamericano?
Porque las barras bravas en Sudamérica suelen ser territoriales, violentas y nacionalistas. Las alianzas entre hinchas de distintos países son prácticamente inexistentes, y cuando ocurren, suelen ser efímeras o forzadas por intereses comerciales. Esta relación, en cambio, es voluntaria, sin apoyo institucional y basada en respeto cultural, lo que la hace única en la historia reciente del fútbol regional.
¿Qué papel jugó el Grêmio en el origen de esta amistad?
Según el diario español El Digital de Asturias, el Grêmio de Porto Alegre participó en los primeros acercamientos en 2009, posiblemente durante una competencia sudamericana donde los hinchas de los tres clubes coincidieron. Sin embargo, no hay pruebas concretas de interacciones directas entre el Grêmio y Los de Abajo. Su rol parece haber sido más de catalizador que de protagonista, facilitando un primer contacto que luego se consolidó entre La U y el Vasco.
¿Han habido encuentros físicos además del viaje a Barreira?
Sí. Además del viaje de Los de Abajo a Barreira en diciembre de 2024, se reporta que hinchas del Vasco viajaron a Santiago en marzo de 2025 para ver el primer clásico universitario. Aunque no hay fotos ni videos oficiales, múltiples testimonios en grupos de Facebook y Telegram confirman su presencia en las calles cercanas al Estadio Nacional, donde intercambiaron banderas y cantos con seguidores chilenos.
¿Están los clubes oficiales involucrados en esta amistad?
No. Ni la dirección de La U ni la de Vasco da Gama han emitido declaraciones, ni han patrocinado eventos. Todo ocurre a nivel de los hinchas. Incluso, los clubes probablemente desconocen la magnitud del vínculo. Esto hace que la relación sea aún más auténtica: nació desde abajo, sin filtros, sin intereses económicos, solo con pasión compartida.
¿Podría esta amistad convertirse en un fenómeno global?
Es posible. Ya hay grupos en Argentina y Uruguay que han mostrado interés en replicar el modelo. La clave está en que esta amistad no se basa en rivalidad, sino en reconocimiento cultural. Si otros hinchas ven que es posible conectar sin violencia, podría abrir una nueva forma de entender la hinchada en el siglo XXI: no como enemigos, sino como guardianes de una misma cultura, aunque sea en países distintos.
¿Qué significa Barreira para los hinchas del Vasco?
Barreira es el corazón de la Torcida Jovem, el barrio donde nació la hinchada organizada del Vasco en los años 70. Es un lugar de identidad, donde se canta el himno con más fuerza que en el estadio, y donde se organizan las marchas antes de los partidos. Que Los de Abajo hayan ido allí, y no a otro lugar de Río, demuestra que entendieron el simbolismo. No fue un turismo deportivo. Fue un acto de reverencia.
Cristobal Morales
Esta locura me pone los pelos de punta en el buen sentido. ¿En serio? Hinchas de La U y Vasco abrazándose en Barreira? Nadie lo creía posible, pero aquí estamos. El fútbol no tiene que ser odio, a veces puede ser hogar.
Yo vi a un tío de 60 años con camiseta de La U cantando el himno del Vasco en el Estadio Nacional. No era broma. Era pura alma.
Esto es lo que falta en el deporte: humanidad.
Escribir un comentario