Semejanza familiar en la paleontología: la clave para leer el pasado
Cuando vemos dos fósiles que se parecen mucho, lo primero que nos viene a la cabeza es que podrían ser parientes cercanos. Esa idea, llamada semejanza familiar, es una herramienta básica para los paleontólogos. Con ella podemos armar la historia de cómo los animales y plantas cambiaron a lo largo de millones de años.
¿Qué es la semejanza familiar?
En palabras simples, la semejanza familiar es la similitud que comparten dos restos fósiles porque provienen de una misma familia o grupo estrecho. No se trata solo de que tengan el mismo tamaño o forma; incluye detalles como la estructura de los huesos, la forma de los dientes o el patrón de las escamas. Si esos rasgos coinciden, es muy probable que los organismos estuvieran más relacionados entre sí que con otros que se ven diferentes.
Los científicos usan esta información junto con otras pruebas, como la edad de las capas de roca donde se encontró el fósil. Así pueden colocar a cada especie en el árbol de la vida, que es como un mapa familiar gigante.
Ejemplos reales de Chile
En Chile hemos encontrado varios casos donde la semejanza familiar ha sido la pista decisiva. Uno de los más famosos es el de los dinosaurios Abelisaurus y Allosaurus. Aunque vivieron en continentes diferentes, sus cráneos comparten una forma de cuenca que indica una relación cercana dentro del grupo de los terópodos carnívoros.
Otro caso interesante es el de los mamíferos marinos del Mioceno. Los restos de Otaria encontrados en la costa sur presentan aletas y colmillos muy parecidos a los de Otaria flavescens, la lobina austral actual. Esa semejanza ayuda a los investigadores a confirmar que la evolución de estos animales ha sido bastante estable en los últimos millones de años.
En la zona de la Cordillera de la Costa, los fósiles de plantas con hojas dentadas y troncos anchos se parecen mucho a los de la familia Myrtaceae que aún hoy vemos en los bosques chilenos. Esa coincidencia sugiere que la familia ya estaba bien establecida antes de que empezara la era de los humanos.
¿Por qué es tan útil? Primero, nos ahorra tiempo: si dos fósiles son muy parecidos, podemos inferir mucho sin necesidad de hacer análisis químicos costosos. Segundo, nos da pistas sobre el ambiente donde vivían. Si un grupo de animales muestra semejanza familiar y todos viven en entornos similares, eso refuerza la idea de que compartían hábitos y dietas parecidas.
En la práctica, cuando un paleontólogo encuentra un nuevo fósil, lo compara con los que ya están catalogados. Usa programas de análisis de forma y, si ve una alta semejanza, lo coloca dentro de la familia conocida. Esto permite actualizar los registros y, a veces, descubrir nuevas especies que son “primas” de las ya identificadas.
En resumen, la semejanza familiar es como el ADN visible de los fósiles. Nos muestra cómo los antiguos seres estaban conectados y nos ayuda a comprender la historia evolutiva de Chile y del planeta. La próxima vez que veas una noticia sobre un hallazgo, piensa en los lazos de familia que ese fósil puede estar revelando. Es una forma sencilla de acercarse al pasado sin necesidad de ser un científico especializado.
Bastian Bodenhöfer Causa Sensación con Foto que Resalta Gran Semejanza con sus Hijos
El actor nacional Bastian Bodenhöfer sorprendió a sus seguidores tras compartir una foto junto a sus hijos Damián, Maira e Ian. La instantánea, que destaca la notable semejanza genética entre el actor y sus hijos, fue compartida el 8 de octubre de 2024. Esta sorprendente y conmovedora imagen ha captado la atención y aprecio de fans, quienes reconocen y celebran el vínculo familiar.